jueves, 31 de mayo de 2012

La comedia de los filósofos.


Películas, imágenes, pinturas, novelas, caricaturas, cereales, plumas, comics, tazas, playeras, etc., etc., casi en todos los objetos que nos rodean hoy en día podemos encontrar la imagen de un filósofo, o al menos la alusión a uno. Sin embargo, debemos a veces preguntarnos si todas estas alusiones son siempre halagadoras. Desafortunadamente, no. Ya desde la Antigua Grecia la imagen del filósofo se prestaba para ser una imagen de la cual hacer mofa y reírse un rato. Aristófanes, en su comedia Las Nubes lo hace de una manera que, debo admitir, es bastante ingeniosa. Estrepsíades es un individuo que ha adquirido varias deudas a lo largo de su vida y quiere deshacerse de ellas; para esto sabe que es necesario acudir a la casa del gran pensador Sócrates para que éste le enseñe la manera de defender las causas injustas y resultar vencedor. Cuando Sócrates comienza sus enseñanzas le pregunta a nuestro deudor si sabe cómo llamar a los animales por sus masculinos y femeninos, Estrepsíades muy seguro de lo que sabe contesta que sí y comienza a nombrar diferentes clases de animales en femenino y masculino. Al llegar a cómo se les llama a las aves en femenino y masculino lo hace de la misa manera, es decir, “ave” y “ave”; Sócrates muy molesto lo reprende diciendo que eso no es posible y que, si quiere aprender más sobre sus enseñanzas, será necesario que les llame “ave” y “avo”. He aquí un claro ejemplo de como ya desde tiempos remotos se veía al filósofo como un individuo que gustaba de divagar en cualquier asunto. También Aristófanes en su comedia contribuye al cliché que ha perseguido a los filósofos desde siempre, es decir, como el tipo desempleado que se las ve duras para comer día a día.
Varios ítems recolectados en la página diseñada para descubrir cómo se ve al filósofo tampoco se escapan de la imagen risible que de éste muchas veces se ha creado. Ejemplo al canto: en un episodio de Padre de Familia (subido por Ismael) en el que Peter (el padre) está hablándole a Chris (el hijo) sobre sus antepasados, se encuentran con un pariente que al parecer fue un “Gran filósofo” que evidentemente vive en estado de pobreza y que responde con un gran “WHYYY?” cuando le dice su mujer que debe ir a buscar trabajo. Una vez más, el tipo que “profundiza” sobre cualquier cosa absurda, que se rehúsa a conseguir empleo y que vive en estado de pobreza. Siguiendo con la línea caricaturesca, en un episodio de Garfield (subido por Arely Guerrero)  llamado “El felino filósofo” aparece un gato que pretende ser un “filósofo motivador” que intenta darle consejos a nuestro protagonista. Vaya, ¿es así como se concibe a la actividad filosófica? ¿Como personas que se dedican a dar consejos de vida? Espero que no. Una vez más este felino filósofo vive en la contemplación permanente y –literalmente- en la basura.
Un lugar más en el que se satiriza la imagen del filósofo es en uno de los múltiples personajes cómicos que ha hecho Eugenio Derbez a lo largo de su vida, a saber, el de Armando Hoyos. En uno de sus sketches para el mundial de 1994 (Subido por Paulina Ramírez) Armando Hoyos comienza a hacer unas preguntas en extremo divagantes y sin sentido, y luego reproduce algunas frases dichas por algunos aficionados que él denominará filosóficas ya que fueron pronunciadas por gente con “pensamientos muy avanzados”. Obviamente estas frases serán dignas de burla por no decir nada en concreto como “Perder es perder”. Otro ejemplo de sátira al filósofo que divaga y nada dice en concreto se encuentra en un clip de “El huevo filósofo” (subido por Priscilla Bulnes) en el que un huevocartoon (que dice ser filósofo) se encarga de “responder” a diversas preguntas que se le hacen mediante llamadas telefónicas. Obviamente las preguntas que se le hacen no las responde en realidad y lo único a lo que se limita es a dar respuestas que rodeen la pregunta y que parezcan lo suficientemente sofisticadas. Además que casi todo lo considera muy elevado y parece estar drogado. Al final, un oyente le pregunta cómo puede conseguir trabajo y nuestro queridísimo huevo filósofo se ofende.
Divagan, se hacen preguntas sin sentido alguno, les gusta fumar marihuana, son desempleados y huevones ,y la mayoría de las veces, se creen los más profundos e intelectuales del mundo. Éstas son algunas de las armas en contra de los filósofos cuando de satirizarlos se trata. ¿Es acaso que se lo merecen? ¿Hay motivos para que esa sea una de las caras que caracterizan al filósofo? ¿Han contribuido a alimentar ese cliché? ¿O son puras habladurías de gente que no sabe? Los invito a reflexionar, compañeros.

Elaboró: Ursula Rosas Esquivel.


Reivindicando la imagen del filósofo

La imagen del filósofo que se se nos ha presentado a lo largo de la construcción de este espacio ha sido una confusa, con varios matices que incluso pueden llegar a ser contradictorios, presentándose así cierta ambivalencia del filósofo fuera de los ámbitos que se consideran propiamente filosóficos apareciendo tanto como un gran sabio digno de respeto como un charlatán objeto de de burlas y desprecio tal y como lo hemos investigado en el post de  El filósofo y su imagen social. Por otro lado, en post como ¿Es necesaria la filosofía y su enseñanza en la actualidad?  de nuestra compañera Priscilla y también El filósofo como símbolo social, cultural y político de Antonio Albarrán, vemos como es que la figura del filósofo y la filosofía misma estan también en una relación conflictiva respecto de nuestro tiempo y de las esferas de poder reinantes en él, ya que la filosofía es una actividad creativa que representa de este modo cierta resistencia contra lo establecido, así como una postura critica respecto del propio tiempo, el contexto social, y de uno mismo; todo ello estaría en contra de los intereses dominantes y presentaría ala filosofía como algo peligroso, aunado a al visión de que la filosofía es algo improductivo y ocioso -toda otro trabajo supondría la reflexión e investigación respecto de si esa postura del poder respecto de la filosofía fue la que produjo esa imagen ambivalente y muchas veces desfavorecedora a la filosofía o viceversa-. A si pues, en medio de este panorama es que se nos presenta la urgencia de reivindicar y justificar la filosofía como una herramienta para la completa y correcta realización del ser humano  tan importante y necesaria en estos tiempos de incertidumbre y camios en gestión.

Bien puede ser que esta imagen problemática de la filosofía y los filósofos se de justo desde el lugar que se ha pensado como el propio de la filosofía, es decir, la academia, pues desde aquí es que se han establecido los lineamientos de lo que es y no es filosofía, lineamientos que muchas veces dejan fuera precisamente los ejercicios de creatividad y autorealización  que busca la filosofía y cuya actividad no va mas allá de la academia misma [Cfr. Onfray, Michel. la comunidad filosóficahttp://es.scribd.com/doc/80713395/MICHEL-ONFRAY-LA-COMUNIDAD-FILOSFICA]. Contra esto, Onfray nos dice que hay que
proceder a la mezcla; a contrapelo de la endogamia, practicar la exogamia; para terminar con la sociedad cercada, producir una sociedad abierta; para abolir el reino de la entreglosa de los textos, buscar la glosa del mundo; para ir más allá del profesor especialista, anatomista del cuerpo frío de la historia de la filosofía, establecer el poder de los filósofos, de los amantes del cuerpo cálido de la vida, reanudar la práctica de la filosofía antigua y restituir la filosofía a quien le pertenece -quienquiera que se adueñe de ella a condición de que el uso que haga de la misma no sea contradictorio con las promesas anunciadas: la construcción de una subjetividad soberana. [Ibíd. p. 42]
Reanudar la filosofía antigua, la filosofía de Sócrates y Diógenes,que era  una filosofía para educar al pueblo, que es quien se tiene que adueñar de ella. Por lo pronto, lo que nos toca hacer desde este espacio es ver como se ha intentado acercar la filosofía la población en general, sacándola de la universidad. Vallamos pues a ello.

Desde todo lo que se ha recolectado en este espacio parecen pocas las formas que encontramos de justificar y acercar la filosofía y a los filósofos  a la sociedad en general, sin embargo las formas de hacerlo son muy interesantes. Tenemos por ejemplo la publicación en versión manga (cómic japones) de libros grandes obras de importantes filósofos como lo son El Capital  de Marx, El Príncipe de Maquiavelo, o Así hablo Zaratustra de Nietzsche, aquí vemos como es que se presenta la filosofía de un moco menos rígido quizá con mas dinamismo y de una forma que podría ser mas cotidiana para algunos, ademas de que son libros polémicos que justamente, desde nuestro tiempo, invitan a la  resistencia, la creatividad y la conformación de uno mismo; pero si de cotidianidad hablamos que mejor que el metro, como en  el metro de Londres donde se pusieron a leer frases de Sartre o Gandhi con el fin de invitar al publico a la reflexión. Por otro lado la serie de televisión Física o Química nos presenta a una maestra de filosofía que ayuda a sus alumnos con sus problemas personales.

Vemos pues que la forma de intentar acercar la filosofía al pueblo aunque variada, siempre es a través de situaciones cotidianas. No se trata pues simplemente de hacer que todos sean filósofos, sino que es un doble movimiento: por un lado hacer que la sociedad se acerque a la filosofía para poder encontrase con ellos mismos y poder liberarse, y por otro lado sacar a la filosofía de un claustro que les dañina, de este modo lo propiamente filosófico no seria algo fijo de una ves y para siempre -de hecho ya no seria nada- sino que se estaría construyendo siempre en la medida de las demandas que su tiempo exija y desde los recursos que este ofrezca; y así desde la reivindicación de la filosofía misma se reivindicara también la imagen del filosofo.

Rubén Efrain López García.

¿Prozac para el filósofo?


Un vistazo al Querido Filósofo, veámoslo en lo que es considerado su ecosistema:

Dentro del entorno de la vida académica, el filósofo en nuestros días, cuenta con reconocimiento que le permite ser respetado e involucrarse con distintas disciplinas. Debido a la compleja realidad en la que estos momentos, esta situada la humanidad; es relevante afrontar las problemáticas de manera interdisciplinaria, es por eso que el filósofo puede optar también ahora por ella. Puede volverse un ferviente luchador social o un reconocido académico, que sea capaz de sustentar tanto las revoluciones ideológicas o el establecimiento de regímenes instituidos.

Parece tener un lugar especial en la sociedad, le es permitido ahondar diferentes espacios  teóricos o prácticos, es una especie de virtuoso con un toque de rebeldía y travesura. Cada que él lo desea el mundo le abre los brazos para este pueda escudriñar sus misterios, sin que por esto sea  visto  como impertinencia.
Puede ser capaz de vivir en toda esta libertad o decidirse por un yugo burocrático. Si decide por el yugo burocrático, tendrá acceso a una vida basta de recursos necesarios para su subsistencia.

La filosofía puede volverse ese tipo de trabajo deseado en una oficina, donde las paredes puedan ser testigo de todas aquellas grandes ideas que se asoman en los ojos del filósofo. La rutina en este caso será importante para poder llegar a cabo tal empresa, horarios que respetar así como las reglas que le posibilitan ser parte de la producción de trabajo intelectual.

También puede darse el caso de un filósofo fuera de la academia, aunque ésta no llegue a estar muy de acuerdo de llamarlo así. Puede ser cualquier persona que este decidida  o empeñada en ver la realidad y su vida con mirada filosófica. Podrá dedicarse a trabajos tal vez no tan relacionados a la filosofía directamente, sin que por eso el filósofo dirija su mirada a otra cosa que no sea la belleza de la verdad. Podrá lustrar zapatos, tender camas, lavar baños pero siempre pensando en su amada filosofía.

¿Y qué de aquellos que no están tan entendidos con la rigurosidad o tradición de la filosofía? ¿Que desean crear sus propias ideas, novedosas, listas para resplandecer en el mundo, pero sin que por ellos se parezcan mucho a lo que normalmente se pensaría como filosofía? ¿Qué son aquellos que su fin último tal vez no sea la verdad? ¿Que deseen formarse a sí mismo una realidad que responda a sus necesidad e intereses? ¿También a ellos puede llamárseles filósofos? ¿O solo entretenidos, interesados en tener un hobby como la filosofía? ¿Su interés sería tomado como de menos nivel? ¿Sus aproximaciones serían desdeñadas como juego superficial?

Probablemente algunos lo hagan. Ahora parece ser que las condiciones de una etapa histórica como lo es  la modernidad, permiten cabida a esta especie de filósofo que se ha estado logrando.

¿Cómo es posible que si estas condiciones históricas cambian el filósofo siga? ¿Conlleva esto a una transformación de parte del filósofo? ¿En que condiciones inició el discurso de la filosofía? Se puede rápidamente dar un vistazo en la historia de la filosofía para formar una  idea de como se fue dando esto.

Se comenzó por intentar explicar, qué era lo que conformaba la realidad. Las reflexiones se dirigieron hacia la materia. Qué si el mundo era de agua, que si de fuego, que si de aire, algunas de estas fueron las respuestas. El filósofo era aquel que explicaba la realidad bajo una especulación partiendo de la materia. Después el objeto de estudio varió y se deseaba explicar una realidad bajo la especulación de una relación entre dios y el ser humano.

Hubo rompimientos por embates religiosos que permitió el regreso al estudio de los Clásicos formándose un renacimiento intelectual. El filósofo en todos estas etapa ha presenciado las diversas crisis de la humanidad, ha colaborado en esos puntos de quiebre ya sea por omisión o activamente.  

El filósofo y su imagen en la Ilustración, se  establecieron con  una imagen nítida dentro de la sociedad.  Una imagen surgida en un entorno  humanista, pues el centro de todo parecía ser el hombre. El filósofo es el que habla del hombre y en esto se reconocía.

El argumento de La razón, como justificación de la realidad hace su aparición.  El argumento central de la modernidad sigue siendo el de la dignidad del hombre y  la pregunta acerca de la manera en que la conforma haciendo uso de su racionalidad. El progreso es una palabra importante, como sueño utopía pero también como realidad. Gracias a los avances que se alcanzan en materia tecnológica e industrial, el antropocentrismo se vuelva una justificación de los actos que se necesitan para llevar acabo dicho progreso.

No hay momento claro en que se pueda decir donde termina la modernidad y donde empieza la posmodernidad; pero si empiezan a surgir valorizaciones  innovadoras, atrevidas si se compara con otras antes establecidas. Hay un reconocimiento del hombre en sus limitaciones como especie que es, pues dista mucho de las otras que conforman el reino animal.  En su desarrollo no se entrevé  un objetivo definido de su existencia, hacía donde van dirigidos sus esfuerzo de sobrevivencia, sino que tiene que crearlo. No puede subsistir por él mismo en el momento de nacimiento ya que no nace totalmente desarrollado como si sucede en otros animales.

¿Cómo es que en la actualidad, o al menos en la realidad mexicana, sigamos bajo parámetros que responden a la modernidad, cuando vivimos bajo los efectos de valores posmodernos, sobre todo en la educación?

Parece que en las aulas, los valores de la modernidad siguen teniendo validez, pero cuando se sale de ellas y se ingresa tanto a una vida laboral como a la vida universitaria, para aquellos que tienen la oportunidad, todos esos valores se ponen en cuestión sin antes dar un aviso previo. Deberían de poner un anuncio a la entrada de las universidades o en las calles, que dijera: “Favor de no pisar los sueños caídos, de todo aquel que entra a una realidad sin sentido”; porque parece que ya la realidad no tiene sentido.

No tienen sentido todos aquellos discursos escolares, donde te inculcaban y motivaban a estudiar para ser “alguien en la vida”; porque en cuanto consigues un trabajo o entras a la universidad empieza la sensación de ya no sentirte muy “alguien”.

La realidad Mundial actual, parece contener en sí misma mucha violencia. Ser agresiva e inquisitiva con todo aquel que tiene algún tipo de creencia ya sea en dios, en la humanidad, en el amor, respeto, entre otras cosas. Sucede que ahora se tiene una gran aceptación esta indiferencia moral.

La imagen del filósofo fue nítida socialmente; ahora la figura existe pero su imagen, su status, se pierde. Al tocar creencias que compitieran con la filosofía, la cual antes englobaba muchas respuestas y redundaba en la imagen de sabiduría del filósofo, el filósofo pierde cada vez ese status público si bien su función sigue persistiendo.

¿Del cambio de la imagen del filósofo, implica un cambio en el sistema? Este cambio en el sistema de valores no parece ser tan nítido en la cotidianidad; ya que algunas veces se aceptan y otras tantas se rechazan por no reconocerlas como propias. En estas últimas décadas, que incluyen a las primeras de este siglo XXI y a las ultimas del anterior, donde la tecnología en mucho ha sobrepasado las expectativas de bienestar y pobreza, el uso y abuso de la masificación de la información y el consumo voraz; provoca en las generaciones adultas un dejo de melancolía, suspiran por aquella realidad que sentían más cercana a sus vidas.

¿Qué tanto es responsabilidad del filósofo esta situación? En algunas etapas de la historia fungió de héroe, sabio, maestro, político ¿y ahora? ¿En verdad importa saber que función juega ahora el filósofo en la sociedad actual? ¿O como se piensa así mismo? ¿Ya se siente extraño a ella? ¿Es responsable de este caos? ¿Tiró la piedra y escondió la mano? ¿Fue la Filosofía la que cultivó y de la que germinó ese fruto llamado posmodernidad? Si lo hizo ¿Cómo es que ahora se retira del escenario el filósofo  tan cínicamente?

O ¿No es retirarse, acaso esto que hace? Si no se retiró en su totalidad de menos sí se ausento unos momentos, a mi parecer. Se dejó vencer por el relativismo, tal vez para unos no sería esto un fracaso. Pero sin saber todavía a donde se supone que va a terminar esto sería agradable saber a donde asirse, parece que con el relativismo no se puede mucho. ¿Será este querer asirse un error?

Debería de poder dejarse fluir en todo este torrente de incertidumbre, pero ¿Cómo hacerlo?  ¿Podría enseñarse? Y si fuese así ¿Quién lo haría? No tengo nada en contra de los pensamientos desarrollados en la  posmodernidad.  Creo que son bastante liberadores, que son como una especie de huracán, no sabría decir si son la causa o el efecto de un desastre. Pero si creo que parecen dejar ver un vacío. El hombre ahora ya no es parte de una divinidad, ni tampoco la comparte, ya no existe el alma ni la esencia. Ahora se estudia para ser ¿qué? ¿Ser productivo? ¿Sustentable para poder consumir?

No se sabe con que combatirse esta crisis ni la violencia en que se vive. La educación como se tiene pensada en estos momentos parece ya no ser una opción para superar  tal decadencia. Aquellas  evocaciones a realidades de la ciencia ficción, ya no son tan lejanas, ni tan descabelladas.  La filosofía sigue ahí, esta presente como sustento del desarrollo y conformación de una sociedad, pero ¿el filósofo? ¿Él solo se ha desterrado?

Al tratar de ser flexible para subsistir se puede comprometer tu propia existencia; este es un riesgo que da la impresión que el filósofo esta dispuesto a asumir. ¿Es también victima de la circunstancia? La imagen del filósofo es humanista, responde a un legado de grandeza.  Aquellos que se sienten interpelados a esa grandeza son aquellos que tratan de entenderla. Mientras siga sucediendo esto habrá filósofo.

Elaboró: Arely Guerrero Villanueva

Filosofía y vida


En este blog, en el que intentamos recopilar representaciones que pudieran funcionar como muestras que nos hablaran sobre la imagen del filósofo; llama mi atención que muchas de las películas que fueron encontradas, son de tipo biográfico; es decir que , como nos lo explica Vincent Pinel: "La película biográfica dedica lo esencial de su contenido a recrear la vida de un personaje famoso o ejemplar cuya existencia resulta acreditada por la Historia o por la actualidad" [1]

Así, podemos encontrar películas como Descartes, “Cartesius”, Edith Stein: La séptima morada y Wittgenstein, que responden a esta forma de hacer cine, y son las que me gustaría tomar en cuenta para la siguiente reflexión. 

En estas películas, se expone la vida completa de los filósofos, como en la que nos narra la de  Wittgenstein; o de una parte de esta, como sucede en el caso de las películas sobre Edith Stein y Descartes. Lo que comparten estas tres películas, es que buscan exponer las circunstancias, el entorno en el que se desarrollaron los filósofos, el contexto, la época, sus amistades, influencias, de etc... además de que contienen pasajes en los que se pueden identificar algunos fragmentos de las obras directas de los mismos, o escenas en donde se da cuenta de su pensamiento. 
Me parece que una forma de enfrentarnos a estas películas, para identificar qué es lo que pueden decirnos acerca de la imagen del filósofo; es preguntándonos ¿cuál es la relación entre el pensamiento de cada filósofo y su vida?, ¿cuál es el interés que está detrás de realizar películas en donde se conjuguen ambos elementos ?, ¿podría ser acaso una manera de búsqueda de congruencia entre lo que se piensa y la forma en la que se actúa en la vida cotidiana?; es decir, tal vez lo que haya detrás de la configuración de las películas biográficas que remiten a los filósofos, es la pregunta por el  ¿cómo enfrenta un filósofo la vida? ,¿lo hace de la misma forma en la que la piensa? o ¿el pensamiento está completamente deslindado del hacer?, ¿ cuál es la relación vida pensamientos filosóficos? ¿a que vida los llevan sus pensamientos ? o ¿a que pensamientos los lleva su vida?.
La película que refleja la vida de Edith Stein, nos muestra la manera en la que ella se enfrenta a la segunda guerra mundial, al hecho de ser judía, al prisionera finalmente en un campo de concentración y a la muerte. Todo ello lo hace en base a sus creencias e interpretaciones de la religión. Es alguien, que de acuerdo con el filme, vivió entregada a búsqueda de un pensamiento, que a la vez modificó de manera contundente su vida y también el sentido de esta.
En la película  Wittgenstein, podemos ver algunas de las decisiones tomadas por el filósofo, guiadas en parte, sino por sus pensamientos filosóficos como tal , sí por su afán de seguir desarrollándolos. Así es como Wittgenstein elige por ejemplo, dar clases, sin tener necesidad económica de hacerlo; mientras que por otro lado, en una carta que le escribe a Russell, afirma que la guerra y el haber sido prisionero de guerra, cambió su forma de ver la filosofía. 
La película biográfica sobre Descartes posiblemente tenga una pretensión un tanto distinta a las anteriores, ya que no busca tanto ser una dramatización de las etapas de su vida; sino que trata de ser, más que otra cosa, una exposición de los pensamientos del filósofo, presentándolos en su contexto. Sin embargo podemos ver también, por ejemplo, como es que Descartes opta por viajar a un país y no a otro, aceptar un trabajo o no, en miras a la búsqueda de su reflexión y a clarificar sus ideas. 
Podríamos decir que en estas tres películas existe una relación directa, entre los pensamientos del filósofo, la búsqueda de estos y la manera en la que conduce su vida; se modifican uno a otro, y de ahí que haya la necesidad de conjugarlos a través de una puesta en escena.
En fin, lo que me interesa resaltar, es que es que posiblemente, este interés por hacer películas que expongan la vida del filósofo, tiene que ver con la impresión de que un filósofo no es sólo su pensamiento en un papel, sino que también es sus vivencias, su entorno y su manera de enfrentarse a este. 

[1] Pinel Vincent, Los géneros cinematográficos, Robinbook, Barcelona, 2009, p. 45 [consulta en línea: http://books.google.com.mx/books?id=lSOFSRUHHpMC&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_summary_r&cad=0#]


Elaborado por: Gabriela Colmenares

El filosofo a principios del siglo XX




En las muestras de música con referencia a filósofos que podemos ver en éste blog encontramos numerosos géneros que les hacen referencia, sin embargo, en general podemos ver como elemento permanente a la palabra. Dicha observación puede deberse a que parte de la investigación dentro de éste blog se ha centrado en referencias verbales a los filósofos directamente en la letra de las canciones o piezas musicales. Sin embargo, si fuese el caso que el desarrollo meramente musical con referencia a filósofos es realmente escaso, podemos ver en una primera instancia que a pesar de algunos casos irreverentes, por lo general se trata a la figura del filosofo con algún respeto o autoridad.

           Curiosamente esta actitud de respeto se encuentra más marcada en la música "académica". En éste tipo de música no encontramos por lo general que se maneje a los filósofos en sí, si no a las ideas que representan, a parte de esto, en las excepciones que encontramos en el blog sí podemos ver representada de alguna manera la figura del filosofo, como ejemplo tenemos:  Socrate. Esta pieza de Satie dentro de éste rubro “académico” parece encajar de manera muy tradicional. El compositor expone la vida de Sócrates, el filosofo tradicional por excelencia, en una obra que, muy al estilo de Satie, presenta elementos de carácter muy simple y mesurado, la armonía cuartal y movimiento simples y repetitivos en el acompañamiento musical, hacen referencia a la música griega de la época, así como las escalas modales con que lo representa.

            En cuanto a la línea vocal, vemos que tiene un movimiento mas bien muy limitado con pequeños movimiento ascendentes y muchas notas repetidas. Todo esto muestra una actitud, claramente tradicional del filosofo no solo como un maestro de virtud que la enseña, si no un hombre que en sí es virtuoso, tal como en el dialogo Protágoras de Platón, esa mesura que se expresa en la pieza nos remite a la actitud mesurada en la vida de Sócrates. Un dato curioso, que es posible resaltar al revisar ésta pieza es la traducción utilizada por el mismo Satie, una traducción de Victor Cousin que en su opinión es un poco más expresiva. Si revisamos dicha traducción, podemos ver que tiene elementos que modifican, si bien no el sentido general del dialogo, si elementos poéticos que “embellecen” la pieza. Tal vez el objetivo, como ya mencioné era remitirse a una antigua Grecia que en aquel entonces tenía fascinados a los franceses. Y tal vez también a la idea de Nietzsche: “¡El ateniense iba al teatro para oir bellos discursos!”, por la cual ésta pieza la cataloga como “drama sinfónico”. Lo importante era la palabra y el orden en el que se expresaba.

            Con esto entonces vemos que se retrata a Sócrates dentro de diversas situaciones que parecen reflejar su vida o su manera de ser, inclusive la muerte en la última y más larga sección de la pieza. Un elemento curioso de ésta pieza y que es de llamar la atención, es que finalmente en el texto escogido no se retoma ningún postulado teórico de Sócrates, lo cual probablemente lo hizo para mostrar mas claramente un reflejo del personaje, con la intervención mínima de sus ideas, cosa que finalmente es imposible en el caso de Sócrates, ya que vivía conforme a sus ideas.

            En ésta pieza y por lo general en la primera mitad del siglo XX, la figura del filosofo aún mantenía un status sobresaliente y respetable el cual podemos ver reflejado en Socrate, en donde se intenta reconocer a un personaje en sí mismo. Este esfuerzo, revindica de manera positiva al filosofo por excelencia, y puede mostrar, aunque sea parcialmente, la actitud que tomaba de respeto la sociedad sobretodo francesa de principios del siglo XX frente a la figura del filosofo, ésta actitud, como veremos, irá perdiendo fuerza a lo largo del siglo, al grado de ridiculizar dicha figura, por lo menos en apariencia.  



Elaborado por: José Luis MArtínez Morales

martes, 29 de mayo de 2012

La imagen del filósofo en el cine.

La imagen de algo siempre es problemática; la pregunta por excelencia es que si la imagen presenta o representa realmente aquello que supuestamente muestra, o bien si la imagen media entre lo representado y lo que realmente es. La cuestión no es nada fácil, y es algo que tratamos de abordar a lo largo del curso. En la siguiente exposición quiero hablar sobre porqué en películas como: Días de Nietzsche en Turín (http://laimagendelfilosofo.wordpress.com/tag/aura-carrillo/), Dogville (http://laimagendelfilosofo.wordpress.com/tag/aura-carrillo/) y Wittgenstein (http://laimagendelfilosofo.wordpress.com/tag/gabriela-colmenares/), la imagen del filósofo no cae en los habituales clichés que se le han adjudicado, y respaldarme de algunos capítulos de la obra de Walter Benjamin –La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica -, sobre todo en cómo tiene impacto lo que aparece en el cine.      
   En la película que trata sobre la última estancia que tuvo Nietzsche en Turín, podemos apreciar al filósofo como alguien solitario, tanto cuando pasea por las calles de Turín como cuando piensa y escribe. Aunque aparezca con gente pareciera que no encaja con ellos. La historia está siendo contada por él, sólo que es desarrollada a través de sus escritos, ya sean libros o cartas. Algo que se aprecia en el largometraje es la firmeza que tiene al hablar. Al final de la película pasan fragmentos de videos del verdadero Nietzsche, cuando ya estaba enfermo.
   En la película Dogville, no se centran en el personaje del filósofo, pero éste tiene relevancia porque es quien propicia la historia de la obra. Dogville es un pueblito que no encontraba razón para cambiar nada, era totalmente rutinario. Tom no hacía nada –según el narrador- pero él se asumía como escritor más que filósofo, el narrador y una de las habitantes del pueblo son los que lo sugieren como si fueran uno. De acuerdo con Tom, las personas de Dogville no sabían recibir y para aprender a hacerlo necesitaban un regalo: Grace fue su experimento perfecto. Si bien no podemos señalarlo como filósofo sí podemos decir que su imagen es soñadora, anhelaba reconocimiento y que el significado de sus palabras incidiera en la vida de los demás, todo ello mediante “el ejemplo”. Algunos de sus vecinos lo reconocían como un joven de buen corazón y bien intencionado, pero en realidad nunca supo cómo aplicar sus buenas intenciones; para otros era aburrido e innecesaria su insistencia en juntar a la comunidad para platicar lo que al pueblo le hacía falta; otros más simplemente querían contradecirlo. A lo largo de la película me pareció que era un pueblito buscando que alguien lo pervirtiera a pesar de que ya era bastante perverso. La parte previa al desenlace es muy interesante porque el joven filósofo, después de una charla con Grace, se siente molesto cuando ella lo desenmascaró, es decir; cuando Grace se da cuenta y le hace ver que era igual a los de su pueblo, lo cual puso en tensión sus ideales, a sí mismo y su imagen del joven preocupado por su pueblo y por darles una enseñanza. Nunca pudo notar que su error al permitir todo tipo de abusos hacia Grace, se debieron a no reconocer que cada quien es responsable por sus actos, siempre buscaba justificación y una “aparente” solución o forma de confrontación. 
   En la película de Wittgenstein su historia es contada por él de niño, los episodios episodios de su vida como adulto. La imagen de Wittgenstein –filósofo reconocido- se trata con seriedad y a la vez hay imágenes excéntricas (como las apariciones del marciano, por ejemplo) que a pesar de ello no parecen nunca tener indicios de burla. Por el contrario, la película retrata la vida del filósofo –quizá a veces de manera fantasiosa-, pero incluso se exalta su genio y maravilla. Se habla de él con respeto aunque con asombro, y también se le señala como una persona extraña. 
   Cuando el cine apareció, Benjamin nos dice que presentó dificultades a la estética tradicional, por un lado habían especialistas que lo rechazaban y por otro, unos más lo apreciaban. Werfel –citado por Benjamin- sugiere que el cine ha fracasado en el arte porque se ha dedicado a copiar llanamente el mundo exterior. Si esto es así, podemos considerar una ventaja del cine para con la imagen que ha mostrado de los filósofos, pues en tanto que muestre la realidad, no se ha dedicado ni a ensalzarla ni a menospreciarla, únicamente se ha concentrado a mostrarla en su apego a la realidad.
   Lo que sucede en el cine es un montaje, y tal está compuesto por un “actor” –o como Benjamin lo llama: intérprete cinematográfico- que deja de presentarse ante público para ponerse frente a un conjunto de aparatos y especialistas en la materia. Así, una de las pruebas mayores para el “actor” será mantener su humanidad ante el conjunto de aparatos [1] porque se encontrará siempre exhibido. Al parecer, el intérprete de cine no se identifica con su personaje porque su desempeño no es unitario, es decir; siempre se encuentra junto con el sistema de aparatos, y las escenas que realiza pueden no tener continuidad temporal ya que puede grabar unas hoy y las próximas dentro de un período de tiempo más amplio. La imagen del “actor” de cine se vuelve móvil, es decir; transportable. La persona que interpreta no tiene que viajar con ella para que está aparezca. Contra quién se enfrenta la imagen del “actor” entonces, […] en última instancia con quien tiene que vérselas es con la masa.[2] Tal, se encargará de supervisarlo, darle valor a lo que hace, pero tal enfrentamiento no es directo pues recordemos que su imagen se vuelve móvil; la masa es algo que está pero no es visible, La invisibilidad d la masa incrementa la autoridad de la supervisión.[3] Para recuperar lo anterior; quizá por ello es que es tan importante la imagen que se tiene del filósofo fuera de los espacios que se le han asignado como propios, pareciera -como en el cine- que estamos ante la validación de la masa, como si los demás tuvieran que decir algo –aprobar, desaprobar- sobre los filósofos; ¿por qué no se piden justificaciones o se juzga la importancia de un médico, un abogado o un ingeniero?, la profesión es tan válida e importante como las demás, sólo que el “ejercicio” del filósofo nunca está limitado, siempre busca nuevas formas de aparecer, de irrumpir. Lo mismo pasa con su imagen, por eso podemos encontrar desde una playera que tenga la caricatura de Nietzsche  ( http://laimagendelfilosofo.blogspot.mx/search/label/Atziri%20Servin y http://www.philosophersguild.com/Hello-Nietzsche-T-shirt.html) hasta una cerveza con slogan maquiavélico (http://www.youtube.com/watch?v=V3JWK2_qZf0 y http://laimagendelfilosofo.wordpress.com/tag/aura-carrillo/). A veces la imagen que tiene la filosofía es una y la que tienen el filósofo y la filósofa es otra. La primera, parece tener una imagen más respetada, tratada con sumo cuidado, pero la otra, la de las personas que desempeñan su “profesión” es ninguneada, desprestigiada o ignorada –en lo personal prefiero la última porque al menos tal concepción guarda la posibilidad de conocer la imagen del filósofo y de la filósofa (que también es muy distinta entre ambos)-. Una de las cosas que no se espera encontrar es que su imagen esté tan viva y fresca; viva porque sigue apareciendo y fresca porque encontramos gran cantidad de productos u apariciones alusivas al filósofo, que parecían impensables que existirán.
   El cine sonoro nos da la posibilidad de visualizar y escuchar en cualquier lugar, lo que antes no habríamos siquiera concebido. La imagen captada por la cámara nos ofrece una fragmentación de la realidad pero con otro reacomodo, la realidad mostrada por la cámara cinematográfica se vuelve la más significativa de entre todas las demás representaciones que buscan mostrarla. El cine cumple su función social como arte en la medida que hace una representación del mundo circundante, y al mismo tiempo ofrece un campo de experimentación con lo inimaginable. Además, pone en evidencia la cotidianidad de nuestros actos y objetos más comunes, por medio de la cámara y sus accesorios.
   El cine ofrece una especie de deslinde con el cliché que se ha producido en torno a la imagen del filósofo, una especie de vía alterna que parte mostrando la realidad de la vida de un filósofo –en el caso de la película acerca de Wittgenstein-, de una parte de la vida del filósofo –en el caso del filme Días de Nietzsche en Turín-, o el imaginario de lo que un filósofo hace o se preocupa por hacer en una sociedad –en el caso de la película Dogville-. El cine da un respiro de demarcarse de la imagen “contaminada” que se ha construido en torno al filósofo.
Elaborado por: Aura Carrillo.

[1] Walter Benjamin. La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. Cfr. Pág. 68.
[2] Ibid. Pág. 73.
[3] Ibid. Pág. 74.




En busca del leitmotiv del filósofo


El maridaje música-literatura es ineludible para muchas expresiones musicales. Sin embargo es cuando la música intenta crear una imagen filosófica del filósofo cuando esta dupla parece no poder prescindir una de la otra. De esta manera las imágenes musicales del filósofo contenidas en este sitio virtual, están basadas sin excepción a partir de lo que literariamente se interpreta en una manifestación musical. Incluso hay publicaciones de canciones que se sostienen sin un soporte sonoro, basta leer la letra de la canción para que la imagen del filósofo cobre sentido.
Hay algunos ejemplos que tienden a divorciar música y literatura, entre los contenidos en sitio virtual están: Sócrates de Erik Satie, Zarathustra de Museo Rosenbach y Deleuze de Noise Theoria. En estos tres casos la música por sí misma dice algo del filósofo o de la filosofía que intenta representar; trae a la presencia de nuevo mediante la experiencia estética.
A pesar de esto, ninguno de estos tres ejemplos logra por completo este cometido. Sócrates al estar pensada en el momento primigenio de su composición como música incidental, tiene parte del imaginario del filósofo en la música misma. Sin embargo la inclusión del diálogo socrático a manera de ópera, pudo haber enriquecido la experiencia de la música como imagen del filósofo, o pudo ser una decisión de que la música sola no bastaba.
Zaratustra podría mantenerse a sí misma como discurso sonoro, pues tiende a la ruptura de armonías y rítmicas canónicas, reconfigurándolas y mostrándolas de nuevo; ésto bien puede considerarse mimesis de la filosofía nietzscheana. La inclusión de letra en esta pieza puede ser entonces irrelevante, lo notable es que de hecho no lo es. La letra aparenta tener relevancia y está ligada a la música por el contenido interpretativo de la filosofía de Nietzsche e irónicamente por la rítmica poética.
Deleuze parece ser el mismo caso de la pieza anterior, la música parece sostener por sí misma una imagen del filósofo Deleuze, pero el contenido literario resulta ser un componente primigenio en la totalidad de la pieza.
En el más pesimista de los casos la imagen del filósofo como sonoridad pura no es posible en estos ejemplos solo por el hecho de que la letra está ahí. Quizá sea porque es imposible crear una imagen musical del filósofo. Pero si hay representaciones visuales que presentan a algún filósofo sin la necesidad de remitir a ningún texto, quizá sea posible encontrar una representación similar para el filósofo.
Adorno había atisbado en lo que puede ser la imagen musical de un personaje en la cinematografía. Afirma que el “leitmotiv” es alguna especie de marca registrada en la que se pueden reconocer figuras, sentimientos, símbolos, personajes, etc[1]. Aprovechando esta capacidad del leitmotiv, si encontramos una imagen musical del filósofo y ésta no se funde en la complicidad música-literatura, quizá puede ser un “leitmotiv”. Sería conveniente buscar entonces un leitmotiv del filósofo, que evidentemente no se encuentra en nuestra colección. Me muero de ganas por encontrar alguno, o por qué no, componerlo.


[1] Adorno, W. Theodor. Eisler, Hanns. La música y el cine. Trad. Fernando Montes. Ed. Fundamentos. Madrid, 1976. p. 19 y ss. Se puede descargar en: http://es.scribd.com/doc/25316163/Adorno-Theodor-y-Eisler-Hanns-El-cine-y-la-musica

La manzana; en Hércules: Los viajes legendarios

Producción y Dirección: Robert Tapert y Sam Raimi. Título de la serie: Hércules the Legendary Journeys. Capítulo: 17 de la segunda temporada, "The aplee". País: Estados Unidos, Nueva Zelanda. Año: 1995. [Serie de Televisión].

Afrodita, Artemisa y Atenea realizan un concurso de belleza donde Iolaos (Michael Hurst) es el juez. Cada diosa inteta sobornarlo con algo, y al llegar el turno de Atenea le obsequia una visión de cómo sería si fuera un gran sabio. En esta alucinación Iolaos conversa acerca de lo que es la belleza con Sócrates y Platón.


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lunes, 28 de mayo de 2012

¿Es necesaria la filosofía y su enseñanza en la actualidad?


Existe en la actualidad la opinión generalizada de que la filosofía “no sirve para nada”, junto con la idea de que el sistema educativo debe formar ciudadanos productivos, es decir, seres humanos competentes en el funcionamiento del sistema económico y el sistema político, esto hace que la pervivencia de la filosofía en los planes de estudios preuniversitarios se encuentre en peligro constantemente. Si confesamos de entrada que la filosofía no es una ciencia sistemática, carece de aplicaciones productivas y, lo que es más, introduce la duda y el debate acerca de la identidad personal, el vínculo social y sobre los valores en que se asienta el sistema político, parecerá que damos argumentos para su marginación; ni el estado ni las personas se sentirían tentados a pagar por el ejercicio profesional de esta actividad.
Las sociedades actuales requieren para su funcionamiento el trabajo de profesionales calificados de todo tipo, y debo decir que además el avance de las investigaciones y la técnica es tal que resulta necesario la constante actualización de conocimientos. Es aquí en donde los críticos a la enseñanza de la filosofía cuestionan que dado este contexto ¿cuál es el lugar de la filosofía en una sociedad como esta?
En primer lugar vale la pena pensar que no toda filosofía ha funcionado socialmente como un saber crítico, algunas filosofías en momentos históricos diversos han funcionado como herramienta para legitimar algunos ordenes sociales y políticos. Del mismo modo es importante reflexionar que la filosofía ha contribuido poderosamente a dar forma a las creaciones humanas, ha permitido que las personas tengan una capacidad configuradora del mundo. En este sentido las sociedades complejas actuales son en buena medida producto de la acción racionalizadora de la filosofía, y en esto es que se puede encontrar tanto un argumento a favor de su enseñanza como uno en contra.
La filosofía es necesaria en la socialización de las personas, particularmente de los jóvenes, ayuda ineludiblemente a comprender el mundo en que se insertan y que los configura como son ayudándoles a cobrar conciencia conceptual sobre ciertos modelos de racionalidad, a comprenderse a sí mismos como son y a tornarse críticos al respecto de su propia realidad y la realidad social que les atraviesa. Este punto es de suma importancia para entender de qué forma es pertinente la enseñanza de la filosofía sin que ésta se convierta en esa arma de doble filo de la que hable algunas líneas atrás. La dimensión crítica de la filosofía entendida como un valor positivo (crítico vs. dogmático) es aquello que esencialmente debe considerarse fundamental para la formación de los seres humanos, es lo que permite cuestionar a la filosofía misma al respecto de sus posibles legitimaciones que van más allá de ella.
Esta capacidad crítica de la filosofía es lo que nos permite separar o distinguir al filósofo de sus eventuales utilizaciones ideológicas, hay algo en el ejercicio del pensamiento filosófico que trasciende siempre los límites de cualquier ideología, es justo la capacidad crítica lo inseparable de todo ejercicio argumentativo. Entonces ¿no es acaso una posición dogmática la que toman los críticos de la enseñanza de la filosofía al mostrar su intención “productivista” y valorar la filosofía y su transmisión como algo superfluo? En lo personal, justamente lo que muestra este tipo de posturas es su enorme necesidad de la filosofía.
La sociedad necesita el estudio de la función crítica y racionalizadora de la filosofía para hacer posible la comprensión de su propio funcionamiento; esta labor solo puede ser realizada transmitiendo en primera instancia sus propias realizaciones enmarcándolas en una tradición, esto quiere decir, permitirle el acceso al estudiante a la historia de las ideas para en un segundo momento invitarlo a hacerse consciente de los modelos axiológicos en los que está inmerso y que lo ayudaran a construirse como un individuo crítico de su propia realidad.
Aquí me parece pertinente recordar a Deleuze en su texto ¿Qué es la filosofía?[1] En donde al hacerse la pregunta esencial por la filosofía dice que la filosofía es creación de conceptos, y el concepto es un tubérculo, siempre móvil y mutable; todo concepto nace de una experiencia singular. El concepto es un acto de creación y la filosofía tiene como medio de expresión justamente eso, los conceptos. La creación de pensamientos es una forma de arte, todo concepto es un dispositivo de experimentación y es a la vez experiencial. Como he mencionado anteriormente en esta sociedad tecnologizada se tiende a pensar en la reflexión filosófica como algo innecesario y ocioso, se da prioridad a aquello que tiende a un fin productivo, algo así como una teleología material. La respuesta que daría Deleuze al respecto es que justamente no existe punto de partida ni de llegada, aquello que realmente importa es el instante, el ENTRE, eso es lo que transforma, el pensamiento filosófico es en sí ya un acto intensivo. Los conceptos son aerolitos no mercancías. Ahora bien, para llegar realmente a tener ideas genuinas hay que tener cierta formación en el tema, en este caso filosofía, hay que tener claro que tener una idea es un acontecimiento, no es común, y esto se logra únicamente en la preparación contante en la tradición filosófica, de lo contrario lo que tendríamos como resultado sería únicamente una serie de ocurrencias. Sólo en la técnica puede haber imaginación, es por ello que la enseñanza de la filosofía, de la historia de la misma, se vuelve algo fundamental para poder desarrollar a partir de ello ideas propias. La filosofía es un acto de creación y la creación es siempre un acto de resistencia. Y claramente la idea necesita agenciarse o materializarse para trascender, para servir como detonador. Es en esta forma en que la filosofía se convierte en actualmente necesaria, es indispensable dejar atrás el paradigma de pensamiento como simple reflexión inútil, y entender que el pensamiento es en sí un acto de creación.
La filosofía además es un acto de formación de seres humanos idealmente conscientes, y formar es más que conocer, es un modo de percibir y de actuar que articula la personalidad del sujeto, y supone que ese sujeto es una totalidad que se autodetermina. Formarse es reconocer en lo extraño lo propio y hacerlo familiar, es el movimiento esencial por el que accedemos a la humanidad plena, es por ello que nos formamos apropiándonos del lenguaje, las costumbres, los conocimientos e inclusive de las creencias de la sociedad a la que pertenecemos. Entonces formarse no es únicamente la adquisición de conocimientos, sino también el desarrollo de la sensibilidad y el tacto, con nuestra capacidad de experiencia estética y de discernimiento histórico.
Es la filosofía lo que debe permitir una ruptura con la creencia de que el conocimiento científico es la única vía de acceso a la verdad y lo que permite que los sujetos se conviertan en máquinas productoras de riqueza.
La filosofía está comprometida a repensar los postulados de acciones sociales con sentido crítico, con una política participativa y con una racionalidad compatible con la libertad.
Para concluir entonces, en definitiva la enseñanza de la filosofía no sólo es actual, es necesaria para coadyuvar a construir individuos capaces de cuestionarse al respecto de su lugar en el mundo, para insertarse en una sociedad que se presenta llena de nuevos retos y por lo tanto de nuevos paradigmas, dignos de ser puestos siempre en cuestión, para desarrollar ideas propias y llevar a cabo acciones conscientes transformadoras de su propio entorno.

Priscilla Bulnes


[1] Deleuze, Guilles, Guattari. Qué es la filosofía? Trad. Thomas Kauf Url: http://es.scribd.com/doc/63115/Deleuze-Y-Guattari-Que-Es-La-Filosofia

domingo, 27 de mayo de 2012


Título: Razor. Autor: Doug Savage de la Serie Savage Chickens







Título: Philosopher Hero. Autor: Doug Savage de la Serie Savage Chickens






Doug Savage utiliza ocasionalmente a los filósofos como tema para sus cartones protagonizados por pollos. Aquí dos ejemplos. El primero con la Navaja de Occam, el segundo con Carlos Marx como super héroe.  Imágenes tomadas: http://www.savagechickens.com  



 

jueves, 24 de mayo de 2012


¿Filósofo es el que hace filosofía? Parte 1

Philosophy is not what some people think a crazy exercise in absolute truth […], philosophy is a very moderate discipline. Philosophy asks a different question. […] How does the philosopher approach the problem of freedom? It's not “Are we free or not?”, “Is there god or not?”, it asks asks a simple question, which will be called [sic] a hermeneutic question: “What does it mean to be free?”. […] It doesn't ask this stupid ideal questions, “Is there truth?”, no, the question is: “What do you mean when you say this is true?”

 Si el hilo conductor de las reflexiones a lo largo del curso ha sido el de la pregunta por la imagen del filósofo del siglo veinte a los ojos de los no-filósofos, es porque tenemos una idea de lo que un filósofo es y cómo se distingue de aquellos que no lo son. Si no fuera así no nos podría parecer tan chocante que se le llame filósofos a personas como Osho o a los monjes zen. Dos preguntas se derivadan de este hecho y piden ser formuladas. La primera, y la menos interesante de las dos, es: “¿Qué es aquello que distingue al quehacer filosófico de otras formas de pensamiento?” Esta no es una pregunta que pueda ser contestada a la ligera, pero sí una cuya respuesta ya aparece, al menos como una intuición, en  nuestra idea de filosofía, sin embargo no me enfocaré en ella pues mis lecturas me permiten aproximarme más a una perspectiva crítica de un aspecto implícito de la siguiente pregunta.
La segunda y la más difícil de contestar es: “¿Qué procesos históricos se encuentran detrás de la formación de la imagen que los no-filósofos tienen de los filósofos del siglo veinte?” Una perspectiva educada en el tema, puede distinguir entre los comentadores del “budismo zen”, la Escuela de Kyoto, entre otros, Nishida, Tanabe, Abe, educados en una escuela filosófica y preocupados por dar razón de esa actividad religiosa y aquellos que lo practicaban. El problema que origina la pregunta es que no parece haber una diferencia entre los practicantes del zen y, por ejemplo, Sartre como imágenes de filósofos en la conciencia colectiva. Esto se fundamenta en la categorización que se hacen las  librerías en la sección de filosofía, pero en concreto girará en torno al Zen, por ser un pensamiento tan emblemático de "oriente".
 Es evidente que hay un cisma entre la imagen que tienen unos de sí mismos y la de los otros. Tanto en el blog como a lo largo del curso, esto se ha hecho cada vez más obvio; debe haber un esfuerzo por parte de aquellos inmersos en el ámbito académico de la filosofía para dejar de lado las grandes figuras filosóficas e intentar hacer una base de datos que refleje cómo se ve a los filósofos desde una perspectiva promedio. Sin embargo, el trabajo a lo largo del curso nos ha alejado en cierta medida de realizar tareas como salir a las calles y preguntar qué es un filósofo y quiénes son filósofos del siglo veinte (suponiendo que salir a la calle y preguntar a los paseantes sea un ejercicio que aporte una visión promedio). Se puede incluso suponer que Nietzsche sería mencionado algunas veces, por no decir Sócrates. Es esta escisión a la que apunta el curso y mis futuras reflexiones.

Elaborado por: Yaeé Oviedo

El filósofo y su imagen social

¿La imagen que se tiene del filósofo es un problema? ¿Por qué? ¿Cómo es que se genera dicha imagen? ¿Quién lo hace? Parecen muchas preguntas para tan poco espacio; o quizás no. Tal vez la respuesta a estas preguntas se pueda empezar a vislumbrar si comenzamos por investigar cuál es la imagen o noción que se tiene o se ha tenido de la propia filosofía fuera del circulo académico y filosófico, no es que desde dentro no se generen determinadas posturas o la cuestión misma -lo hacemos ahora, por ejemplo- sino que desde la percepción que se tiene del filósofo y la filosofía desde lo que podríamos llamar la sociedad en general se pone en juego el rol que desempeñamos dentro, o fuera, de esta. Sin querer hemos empezado a explicar el la cuestión, sin embargo esto aun no termina, aun tenemos cosas por revisar, vallamos pues a ello. 

A la filosofía "Se la mira con respeto, como el importante quehacer de unos hombres insólitos o bien se la desprecia como el superfluo caminar de unos soñadores." dirá Jaspers [ Jaspers, Karl. La Filosofía, FCE, México, 2000. p. 7]. Desde este punto podemos empezar ver que la filosofía se aparece como lo propio de unos seres extraordinarios, hombres insólitos o soñadores, que deambulan entre la ambivalencia de lo importante y lo superfluo, generando a si tanto respeto como desprecio respectivamente. Desde este punto de vista, desde esta ambivalencia del filósofo se generan también imágenes muy contradictorias desde las cuales se produce la imagen general del filosofo, desde solemnes criticas a su quehacer como en el poema de Lovecraft hasta las mas ácidas y corrosivas befas de La Frikipedia, todo ello desde una postura de desprecio hacia la filosofía; mientras que del lado del respeto tenemos por ejemplo el solemne trabajo de artistas como el fotógrafo Steve Pyke al retratar filósofos como Quine o Martha Nussbaum. Esta ambivalencia quizá haya llegado a su máxima expresión en la producción del filósofo precisamente como un producto, por ejemplo los de Unemployed Philosophers Guild en sus mercancías como la Will to Power Bar donde es difícil hacer una distinción entre el homenaje y la broma, y quién sabe si sea posible hacerlo.

Hablamos de la posición del filósofo en la sociedad, pero ahora nos resulta mas confusa pues es una posision ambivalente entre alguien que es respetado por ser responsable del conocimiento y alguien ridículo que se la pasa en las nubes. Lo anterior quizá sea una constante en la historia de la filosofía y no sólo a partir del siglo XX que es desde donde nos propusimos construir esta herramienta y las reflexiones acerca de ella. Ya en los inicios mismos de la filosofía se presentaba esta doble caracterización del filósofo entre el respeto y el desprecio, pues el mismo Tales de Mileto, quien desde entonces ha sido considerado el fundador de la filosofía y uno de los siete sabios de Grecia, no pudo evitar que una esclava se burlara de él por haber caído al preferir ver las estrellas que el suelo donde caminaba; o Sócrates, tan laureado por Platón en su Diálogos, basta recordar la misma Apología de Sócrates, al mismo tiempo ridiculizado por Aristófanes en su comedia Las Nubes; por otro lado, a Spinoza más que burla el desprecio le llego por medio de una excomunión, sin embargo años mas tarde le seria ofrecida una cátedra en la universidad de Heidelberg. Vemos entonces como es que esta ambivalencia de la imagen del filósofo y su papel en la sociedad, educador o charlatán, parece estar presente desde el inicio mismo de la filosofía; hay pues todo un problema por resolver.

Siguiendo -y deshaciendo- a Jaspers, para poder resolver esta falta de claridad del papel y la importancia de la filosofía y los filósofos para con su tiempo y sociedad representada en la imagen ambivalente del filósofo,  la filosofía tendría que justificarse tendría que ser también accesible a todo el mundo para que el hombre llegue a ser él mismo [Cfr. Jaspers,"¿Qué es la filosofía?, Op. cit.]. Tal por vez eso  ahora se estén generando formas diferentes de acceder a filosofía, como por ejemplo en versión manga (tira cómica japonesa) con títulos que intentan explicar explicar teorías como las de Marx . Nuestra tarea sera entonces el de buscar generar esas formas de acceder al publico de tal modo que la posición que se tenga dentro de la sociedad mas activa y decisiva, generado así también una imagen mas positiva; mas eso es algo que abordaremos con mas clama una entrada próxima.

Rubén  Efraín López García.

Las dos caras del filósofo


Motivado por cumplir con el curso de Problemas de Historia, me paro frente a la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Una pregunta me golpea: ¿cuál piensa la gente que es la labor del filósofo en esta época que llamamos contemporánea? Existen clichés sobre su imagen, sin duda, pero un pensamiento permanece constante en mi mente: cualquier persona cuyo desempeño sea independiente del ámbito filosófico no conoce enteramente la labor del filósofo.

De forma casi instantánea, me encuentro arrastrado por el pensamiento -enamorado con el orden- que he aprendido en la carrera. Me resisto. Me torno consciente que para responder a esta pregunta no debo de hacerlo como filósofo. Pero pierdo la batalla ante la costumbre y distingo dos categorías: el filósofo práctico y el filósofo metafísico. El primero, como figura de autoridad, como hombre cuyo pensamiento moldea como arcilla virgen al mundo que lo rodea, y viceversa. El segundo, como hombre impráctico, excéntrico, que intenta comprender y explicar lo que en la historia del planeta Tierra el hombre no ha logrado comprender ni explicar sino contingentemente. El orden atenta en mi contra y me doy cuenta que muchas veces esta línea no es tan tajante o evidente como la dibujo. Encajonado y un poco mareado, recurro a la evidencia del blog que hemos construido, evidencia que se supone proyecta al filósofo desde la perspectiva del que no lo es: ahí lo encontramos en poemas, cuentos, pinturas, películas, sátiras, recetas de cocina, caricaturas, ropa, canciones, fotografías y hasta objetos propios de la cultura pop. Pero, ¿qué me dicen estos ítems de sus autores? Retorno al blog a revisar estos ítems, y me doy cuenta que todos tienen sentido, e incluso algunos demuestran conocimiento filosófico considerable. Acomodo mis pensamientos alborotados y concluyo que, sin duda, estos autores deben de saber algo -por lo menos un poco- de filosofía para poder crearlos.

Estamos intentando conocer la imagen del filósofo desde la perspectiva del no filósofo, me recuerdo a mí mismo. Y de nuevo me siento obligado a distinguir: parece ser que los no filósofos conocedores de esta disciplina (dentro de los cuales se encuentran los autores de nuestros ítems), proyectan al filósofo como aquél hombre en quien se albergan los cuestionamientos prácticos y metafísicos; es decir, parecen ser conscientes de la relación compleja entre filósofo, sociedad y abstracción: el filósofo como figura de autoridad que construye e imagina, como artesano intelectual del porvenir práctico y del pensamiento abstracto. Pero qué sucede con aquellos no filósofos cuyo único acercamiento con dicha disciplina es  meramente cultural/cotidiano, me pregunto. Y no logro encontrar una respuesta certera. Me torno consciente que de querer justificar esta respuesta en la evidencia, debería de preguntar en la calle, analizar comentarios, o bien recordar experiencias pasadas con este tipo de personas, que a mi parecer representan a la mayor parte de la población. Pero este escrito debe de basarse en el blog -recuerdo rápidamente-, y acabándoseme las páginas me rindo ante mi opinión: me parece que para estos individuos (los no filósofos cuyo único acercamiento con dicha disciplina es cultural/cotidiano) la imagen del filósofo es incierta, o por lo menos, presenta la paradoja entre lo práctico y lo impráctico, entre lo físico y lo metafísico, inclinándose la opinión popular por los segundos adjetivos.

Me parece que el no filósofo conocedor se distingue ciertamente del no filósofo cultural/cotidiano. Sin embargo, el primer tipo se acerca en cierta medida -aunque sea un poco- a los filósofos institucionales. De tal manera que, si queremos una respuesta honesta de la imagen del filósofo desde la perspectiva del no filósofo, me parece que debemos de considerar más pura la de los segundos.
Orchid, Tigers, Gatefold, 2001, Ebullition Records, USA.



Referencias a Herbert Marcuse, Michel Foucault, Theodor Adorno.

Letra:

I kiss the girls that speak Marcuse.
I kiss the boys that speak Foucault.
I love the kids that know Adorno
and snub their nose at kids who don't.
I make love in theory and touch myself in practice.
What's good for the posture is good for the pose.
Who let the tigers out to kill all the lovers?
Orchid, I Am Nietzche, Dance Tonight, Revolution Tomorrow, 2000, Ebullition Records, USA.


La letra incluye una cita de Más allá del bien y del mal 192(Al oído le resulta penoso y difícil oír algo nuevo; una música extraña la oímos mal.), el nombre de F. Nietzsche esta mal escrito a propósito.

Letra:

"to hear something new is hard and
painful for the ear. We hear the music
of forigners badly."
i make the sounds you can't understand-
this is my critique!
this is my subversion!
this is my revolution!
i make the sounds that you can't
understand. My fingers, my voice
slide into every orifice.
You (I) own these words.
This is friendship.
That's what friends are for-
I AM NIEZTCHE!
1886 was a very good year- and
you know this to be true.
Thus spake me.
Orchid, Snow Delay at The Frankfurt School, Dance Tonight, Revolution Tomorrow, 2000, Ebullition Records, USA.


La letra de la canción se presume como una cita de Herbert Marcuse no confirmada.

Letra:

"like anywhere else there are no
coincidences, probability makes for
accomplices and change creates meaning."

when we move, it's a movement.