Borges Jorge Luis, La busca de Averroes en El aleph, Madrid, Alianza Editorial. 1997. pp. 36-41.
"La pluma corría sobre la hoja, los argumentos se enlazaban, irrefutables, pero una leve preocupación empañó la felicidad de Averroes. No la causaba el Tahafut, trabajo fortuito, sino un problema de índole filológica vinculado a la obra monumental que lo justificaría ante las gentes: el comentario de Aristóteles. Este griego, manantial de toda filosofía, había sido otorgado a los hombres para enseñarles todo lo que se puede saber; interpretar sus libros como los ulemas interpretan el Alcorán era el arduo propósito de Averroes. Pocas cosas más bellas y más patéticas registrará la historia que esa consagración de un médico árabe a los pensamientos de un hombre de quien lo separaban catorce siglos; a las dificultades intrínsecas debemos añadir que Averroes, ignorante del siríaco y del griego, trabajaba sobre la traducción de una traducción. La víspera, dos palabras dudosas lo habían detenido en el principio de la Poética. Esas palabras eran tragedia y comedia. Las había encontrado años atrás, en el libro tercero de la Retórica; nadie, en el ámbito del Islam, barruntaba lo que querían decir. Vanamente había fatigado las páginas de Alejandro de Afrodisia, vanamente había compulsado las versiones del nestoriano Hunáin ibn-Ishaq y de Abu-Bashar Mata. Esas dos palabras
arcanas pululaban en el texto de la Poética; imposible eludirlas."
Descripción: Cuento de Jorge Luis de trama compleja en la que el médico se encuentra con la encrucijada de distinguir entre tragedia y comedia al leer a Aristóteles. Averroes se encuentra en una conversación con Abulcásim y Farach en la que ante la soberbia de Abulcásim hay pocas respuestas de Averroes. Según Borges se narra en el cuento el "proceso de una derrota", pero también el silencio de un filósofo.
Consulta el cuento: http://www.textosenlinea.com.ar/borges/El%20aleph.pdf
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