jueves, 31 de mayo de 2012

El filosofo a principios del siglo XX




En las muestras de música con referencia a filósofos que podemos ver en éste blog encontramos numerosos géneros que les hacen referencia, sin embargo, en general podemos ver como elemento permanente a la palabra. Dicha observación puede deberse a que parte de la investigación dentro de éste blog se ha centrado en referencias verbales a los filósofos directamente en la letra de las canciones o piezas musicales. Sin embargo, si fuese el caso que el desarrollo meramente musical con referencia a filósofos es realmente escaso, podemos ver en una primera instancia que a pesar de algunos casos irreverentes, por lo general se trata a la figura del filosofo con algún respeto o autoridad.

           Curiosamente esta actitud de respeto se encuentra más marcada en la música "académica". En éste tipo de música no encontramos por lo general que se maneje a los filósofos en sí, si no a las ideas que representan, a parte de esto, en las excepciones que encontramos en el blog sí podemos ver representada de alguna manera la figura del filosofo, como ejemplo tenemos:  Socrate. Esta pieza de Satie dentro de éste rubro “académico” parece encajar de manera muy tradicional. El compositor expone la vida de Sócrates, el filosofo tradicional por excelencia, en una obra que, muy al estilo de Satie, presenta elementos de carácter muy simple y mesurado, la armonía cuartal y movimiento simples y repetitivos en el acompañamiento musical, hacen referencia a la música griega de la época, así como las escalas modales con que lo representa.

            En cuanto a la línea vocal, vemos que tiene un movimiento mas bien muy limitado con pequeños movimiento ascendentes y muchas notas repetidas. Todo esto muestra una actitud, claramente tradicional del filosofo no solo como un maestro de virtud que la enseña, si no un hombre que en sí es virtuoso, tal como en el dialogo Protágoras de Platón, esa mesura que se expresa en la pieza nos remite a la actitud mesurada en la vida de Sócrates. Un dato curioso, que es posible resaltar al revisar ésta pieza es la traducción utilizada por el mismo Satie, una traducción de Victor Cousin que en su opinión es un poco más expresiva. Si revisamos dicha traducción, podemos ver que tiene elementos que modifican, si bien no el sentido general del dialogo, si elementos poéticos que “embellecen” la pieza. Tal vez el objetivo, como ya mencioné era remitirse a una antigua Grecia que en aquel entonces tenía fascinados a los franceses. Y tal vez también a la idea de Nietzsche: “¡El ateniense iba al teatro para oir bellos discursos!”, por la cual ésta pieza la cataloga como “drama sinfónico”. Lo importante era la palabra y el orden en el que se expresaba.

            Con esto entonces vemos que se retrata a Sócrates dentro de diversas situaciones que parecen reflejar su vida o su manera de ser, inclusive la muerte en la última y más larga sección de la pieza. Un elemento curioso de ésta pieza y que es de llamar la atención, es que finalmente en el texto escogido no se retoma ningún postulado teórico de Sócrates, lo cual probablemente lo hizo para mostrar mas claramente un reflejo del personaje, con la intervención mínima de sus ideas, cosa que finalmente es imposible en el caso de Sócrates, ya que vivía conforme a sus ideas.

            En ésta pieza y por lo general en la primera mitad del siglo XX, la figura del filosofo aún mantenía un status sobresaliente y respetable el cual podemos ver reflejado en Socrate, en donde se intenta reconocer a un personaje en sí mismo. Este esfuerzo, revindica de manera positiva al filosofo por excelencia, y puede mostrar, aunque sea parcialmente, la actitud que tomaba de respeto la sociedad sobretodo francesa de principios del siglo XX frente a la figura del filosofo, ésta actitud, como veremos, irá perdiendo fuerza a lo largo del siglo, al grado de ridiculizar dicha figura, por lo menos en apariencia.  



Elaborado por: José Luis MArtínez Morales

1 comentario:

  1. Me parece muy interesante el análisis que haces de la pieza de Satié. Es una pena, sin embargo, que la redacción esté a veces muy descuidada, porque no deja ver con claridad cuales son tus ideas o bien, no las muestran con la precisión con que debería hacerlo. Valdría la pena que esta entrada pudiera ser complementada con otras sobre distintas aproximaciones musicales al filósofo para poder entender mejor tu propuesta, pero sobre todo tu hipótesis, de que la música académica se acerca de cierta forma al filósofo.

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