jueves, 31 de mayo de 2012

La comedia de los filósofos.


Películas, imágenes, pinturas, novelas, caricaturas, cereales, plumas, comics, tazas, playeras, etc., etc., casi en todos los objetos que nos rodean hoy en día podemos encontrar la imagen de un filósofo, o al menos la alusión a uno. Sin embargo, debemos a veces preguntarnos si todas estas alusiones son siempre halagadoras. Desafortunadamente, no. Ya desde la Antigua Grecia la imagen del filósofo se prestaba para ser una imagen de la cual hacer mofa y reírse un rato. Aristófanes, en su comedia Las Nubes lo hace de una manera que, debo admitir, es bastante ingeniosa. Estrepsíades es un individuo que ha adquirido varias deudas a lo largo de su vida y quiere deshacerse de ellas; para esto sabe que es necesario acudir a la casa del gran pensador Sócrates para que éste le enseñe la manera de defender las causas injustas y resultar vencedor. Cuando Sócrates comienza sus enseñanzas le pregunta a nuestro deudor si sabe cómo llamar a los animales por sus masculinos y femeninos, Estrepsíades muy seguro de lo que sabe contesta que sí y comienza a nombrar diferentes clases de animales en femenino y masculino. Al llegar a cómo se les llama a las aves en femenino y masculino lo hace de la misa manera, es decir, “ave” y “ave”; Sócrates muy molesto lo reprende diciendo que eso no es posible y que, si quiere aprender más sobre sus enseñanzas, será necesario que les llame “ave” y “avo”. He aquí un claro ejemplo de como ya desde tiempos remotos se veía al filósofo como un individuo que gustaba de divagar en cualquier asunto. También Aristófanes en su comedia contribuye al cliché que ha perseguido a los filósofos desde siempre, es decir, como el tipo desempleado que se las ve duras para comer día a día.
Varios ítems recolectados en la página diseñada para descubrir cómo se ve al filósofo tampoco se escapan de la imagen risible que de éste muchas veces se ha creado. Ejemplo al canto: en un episodio de Padre de Familia (subido por Ismael) en el que Peter (el padre) está hablándole a Chris (el hijo) sobre sus antepasados, se encuentran con un pariente que al parecer fue un “Gran filósofo” que evidentemente vive en estado de pobreza y que responde con un gran “WHYYY?” cuando le dice su mujer que debe ir a buscar trabajo. Una vez más, el tipo que “profundiza” sobre cualquier cosa absurda, que se rehúsa a conseguir empleo y que vive en estado de pobreza. Siguiendo con la línea caricaturesca, en un episodio de Garfield (subido por Arely Guerrero)  llamado “El felino filósofo” aparece un gato que pretende ser un “filósofo motivador” que intenta darle consejos a nuestro protagonista. Vaya, ¿es así como se concibe a la actividad filosófica? ¿Como personas que se dedican a dar consejos de vida? Espero que no. Una vez más este felino filósofo vive en la contemplación permanente y –literalmente- en la basura.
Un lugar más en el que se satiriza la imagen del filósofo es en uno de los múltiples personajes cómicos que ha hecho Eugenio Derbez a lo largo de su vida, a saber, el de Armando Hoyos. En uno de sus sketches para el mundial de 1994 (Subido por Paulina Ramírez) Armando Hoyos comienza a hacer unas preguntas en extremo divagantes y sin sentido, y luego reproduce algunas frases dichas por algunos aficionados que él denominará filosóficas ya que fueron pronunciadas por gente con “pensamientos muy avanzados”. Obviamente estas frases serán dignas de burla por no decir nada en concreto como “Perder es perder”. Otro ejemplo de sátira al filósofo que divaga y nada dice en concreto se encuentra en un clip de “El huevo filósofo” (subido por Priscilla Bulnes) en el que un huevocartoon (que dice ser filósofo) se encarga de “responder” a diversas preguntas que se le hacen mediante llamadas telefónicas. Obviamente las preguntas que se le hacen no las responde en realidad y lo único a lo que se limita es a dar respuestas que rodeen la pregunta y que parezcan lo suficientemente sofisticadas. Además que casi todo lo considera muy elevado y parece estar drogado. Al final, un oyente le pregunta cómo puede conseguir trabajo y nuestro queridísimo huevo filósofo se ofende.
Divagan, se hacen preguntas sin sentido alguno, les gusta fumar marihuana, son desempleados y huevones ,y la mayoría de las veces, se creen los más profundos e intelectuales del mundo. Éstas son algunas de las armas en contra de los filósofos cuando de satirizarlos se trata. ¿Es acaso que se lo merecen? ¿Hay motivos para que esa sea una de las caras que caracterizan al filósofo? ¿Han contribuido a alimentar ese cliché? ¿O son puras habladurías de gente que no sabe? Los invito a reflexionar, compañeros.

Elaboró: Ursula Rosas Esquivel.


1 comentario:

  1. Tu entrada se dirige a mostrarnos que hay una cierta tradición en mirar al filósofo como alguien que divaga. Sin embargo, no marcas si en esa tradición hay diferencias, o si en la actualidad eso ha tomado otros rasgos. Pones unos ejemplos (sin utilizar hipervínculos) solo para mostrarnos que el ataque de Aristófanes a Sócrates se mantiene. A mi juicio se puede profundizar en a reflexión que haces.

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