Un vistazo al Querido Filósofo,
veámoslo en lo que es considerado su ecosistema:
Dentro del entorno de la vida
académica, el filósofo en nuestros días, cuenta con reconocimiento que le
permite ser respetado e involucrarse con distintas disciplinas. Debido a la
compleja realidad en la que estos momentos, esta situada la humanidad; es
relevante afrontar las problemáticas de manera interdisciplinaria, es por eso
que el filósofo puede optar también ahora por ella. Puede volverse un ferviente
luchador social o un reconocido académico, que sea capaz de sustentar tanto las
revoluciones ideológicas o el establecimiento de regímenes instituidos.
Parece tener un lugar especial en
la sociedad, le es permitido ahondar diferentes espacios teóricos o prácticos, es una especie de
virtuoso con un toque de rebeldía y travesura. Cada que él lo desea el mundo le
abre los brazos para este pueda escudriñar sus misterios, sin que por esto
sea visto como impertinencia.
Puede ser capaz de vivir en toda
esta libertad o decidirse por un yugo burocrático. Si decide por el yugo burocrático,
tendrá acceso a una vida basta de recursos necesarios para su subsistencia.
La filosofía puede volverse ese
tipo de trabajo deseado en una oficina, donde las paredes puedan ser testigo de
todas aquellas grandes ideas que se asoman en los ojos del filósofo. La rutina
en este caso será importante para poder llegar a cabo tal empresa, horarios que
respetar así como las reglas que le posibilitan ser parte de la producción de
trabajo intelectual.
También puede darse el caso de un
filósofo fuera de la academia, aunque ésta no llegue a estar muy de acuerdo de
llamarlo así. Puede ser cualquier persona que este decidida o empeñada en ver la realidad y su vida con
mirada filosófica. Podrá dedicarse a trabajos tal vez no tan relacionados a la
filosofía directamente, sin que por eso el filósofo dirija su mirada a otra
cosa que no sea la belleza de la verdad. Podrá lustrar zapatos, tender camas,
lavar baños pero siempre pensando en su amada filosofía.
¿Y qué de aquellos que no están
tan entendidos con la rigurosidad o tradición de la filosofía? ¿Que desean
crear sus propias ideas, novedosas, listas para resplandecer en el mundo, pero
sin que por ellos se parezcan mucho a lo que normalmente se pensaría como
filosofía? ¿Qué son aquellos que su fin último tal vez no sea la verdad? ¿Que
deseen formarse a sí mismo una realidad que responda a sus necesidad e
intereses? ¿También a ellos puede llamárseles filósofos? ¿O solo entretenidos,
interesados en tener un hobby como la filosofía? ¿Su interés sería tomado como
de menos nivel? ¿Sus aproximaciones serían desdeñadas como juego superficial?
Probablemente algunos lo hagan.
Ahora parece ser que las condiciones de una etapa histórica como lo es la modernidad, permiten cabida a esta especie
de filósofo que se ha estado logrando.
¿Cómo es posible que si estas condiciones
históricas cambian el filósofo siga? ¿Conlleva esto a una transformación de parte
del filósofo? ¿En que condiciones inició el discurso de la filosofía? Se puede
rápidamente dar un vistazo en la historia de la filosofía para formar una idea de como se fue dando esto.
Se comenzó por intentar explicar,
qué era lo que conformaba la realidad. Las reflexiones se dirigieron hacia la
materia. Qué si el mundo era de agua, que si de fuego, que si de aire, algunas
de estas fueron las respuestas. El filósofo era aquel que explicaba la realidad
bajo una especulación partiendo de la materia. Después el objeto de estudio
varió y se deseaba explicar una realidad bajo la especulación de una relación
entre dios y el ser humano.
Hubo rompimientos por embates
religiosos que permitió el regreso al estudio de los Clásicos formándose un
renacimiento intelectual. El filósofo en todos estas etapa ha presenciado las
diversas crisis de la humanidad, ha colaborado en esos puntos de quiebre ya sea
por omisión o activamente.
El filósofo y su imagen en la
Ilustración, se establecieron con una imagen nítida dentro de la sociedad. Una imagen surgida en un entorno humanista, pues el centro de todo parecía ser
el hombre. El filósofo es el que habla del hombre y en esto se reconocía.
El argumento de La razón, como
justificación de la realidad hace su aparición. El
argumento central de la modernidad sigue siendo el de la dignidad del hombre y la pregunta acerca de la manera en que la
conforma haciendo uso de su racionalidad. El progreso es una palabra
importante, como sueño utopía pero también como realidad. Gracias a los avances
que se alcanzan en materia tecnológica e industrial, el antropocentrismo se vuelva
una justificación de los actos que se necesitan para llevar acabo dicho
progreso.
No hay momento claro en que se
pueda decir donde termina la modernidad y donde empieza la posmodernidad; pero
si empiezan a surgir valorizaciones innovadoras,
atrevidas si se compara con otras antes establecidas. Hay un reconocimiento del
hombre en sus limitaciones como especie que es, pues dista mucho de las otras
que conforman el reino animal. En su
desarrollo no se entrevé un objetivo
definido de su existencia, hacía donde van dirigidos sus esfuerzo de
sobrevivencia, sino que tiene que crearlo. No puede subsistir por él mismo en
el momento de nacimiento ya que no nace totalmente desarrollado como si sucede
en otros animales.
¿Cómo es que en la actualidad, o
al menos en la realidad mexicana, sigamos bajo parámetros que responden a la
modernidad, cuando vivimos bajo los efectos de valores posmodernos, sobre todo
en la educación?
Parece que en las aulas, los
valores de la modernidad siguen teniendo validez, pero cuando se sale de ellas
y se ingresa tanto a una vida laboral como a la vida universitaria, para
aquellos que tienen la oportunidad, todos esos valores se ponen en cuestión sin
antes dar un aviso previo. Deberían de poner un anuncio a la entrada de las
universidades o en las calles, que dijera: “Favor de no pisar los sueños
caídos, de todo aquel que entra a una realidad sin sentido”; porque parece que
ya la realidad no tiene sentido.
No tienen sentido todos aquellos
discursos escolares, donde te inculcaban y motivaban a estudiar para ser “alguien
en la vida”; porque en cuanto consigues un trabajo o entras a la universidad empieza
la sensación de ya no sentirte muy “alguien”.
La realidad Mundial actual,
parece contener en sí misma mucha violencia. Ser agresiva e inquisitiva con
todo aquel que tiene algún tipo de creencia ya sea en dios, en la humanidad, en
el amor, respeto, entre otras cosas. Sucede que ahora se tiene una gran
aceptación esta indiferencia moral.
La imagen del filósofo fue nítida
socialmente; ahora la figura existe pero su imagen, su status, se pierde. Al tocar
creencias que compitieran con la filosofía, la cual antes englobaba muchas
respuestas y redundaba en la imagen de sabiduría del filósofo, el filósofo
pierde cada vez ese status público si bien su función sigue persistiendo.
¿Del cambio de la imagen del filósofo, implica
un cambio en el sistema? Este cambio en el sistema de valores no parece ser tan
nítido en la cotidianidad; ya que algunas veces se aceptan y otras tantas se
rechazan por no reconocerlas como propias. En estas últimas décadas, que
incluyen a las primeras de este siglo XXI y a las ultimas del anterior, donde
la tecnología en mucho ha sobrepasado las expectativas de bienestar y pobreza,
el uso y abuso de la masificación de la información y el consumo voraz; provoca
en las generaciones adultas un dejo de melancolía, suspiran por aquella
realidad que sentían más cercana a sus vidas.
¿Qué tanto es responsabilidad del
filósofo esta situación? En algunas etapas de la historia fungió de héroe,
sabio, maestro, político ¿y ahora? ¿En verdad importa saber que
función juega ahora el filósofo en la sociedad actual? ¿O como se piensa así
mismo? ¿Ya se siente extraño a ella? ¿Es responsable de este caos? ¿Tiró la
piedra y escondió la mano? ¿Fue la Filosofía la que cultivó y de la que germinó
ese fruto llamado posmodernidad? Si lo hizo ¿Cómo es que ahora se retira del
escenario el filósofo tan cínicamente?
O
¿No es retirarse, acaso esto que hace? Si no se retiró en su totalidad de menos
sí se ausento unos momentos, a mi parecer. Se dejó vencer por el relativismo,
tal vez para unos no sería esto un fracaso. Pero sin saber todavía a donde se
supone que va a terminar esto sería agradable saber a donde asirse, parece que
con el relativismo no se puede mucho. ¿Será este querer asirse un error?
Debería de poder dejarse fluir en todo este
torrente de incertidumbre, pero ¿Cómo hacerlo?
¿Podría enseñarse? Y si fuese así ¿Quién lo haría? No tengo nada en contra de los
pensamientos desarrollados en la posmodernidad. Creo que son bastante liberadores, que son
como una especie de huracán, no sabría decir si son la causa o el efecto de un
desastre. Pero si creo que parecen dejar ver un vacío. El hombre ahora ya no es
parte de una divinidad, ni tampoco la comparte, ya no existe el alma ni la esencia.
Ahora se estudia para ser ¿qué? ¿Ser productivo? ¿Sustentable para poder
consumir?
No se sabe con que combatirse
esta crisis ni la violencia en que se vive. La educación como se tiene pensada en
estos momentos parece ya no ser una opción para superar tal decadencia. Aquellas evocaciones a realidades de la ciencia
ficción, ya no son tan lejanas, ni tan descabelladas. La filosofía sigue ahí, esta presente como sustento
del desarrollo y conformación de una sociedad, pero ¿el filósofo? ¿Él solo se
ha desterrado?
Al tratar de ser flexible para
subsistir se puede comprometer tu propia existencia; este es un riesgo que da
la impresión que el filósofo esta dispuesto a asumir. ¿Es también victima de la
circunstancia? La imagen del filósofo es
humanista, responde a un legado de grandeza.
Aquellos que se sienten interpelados a esa grandeza son aquellos que tratan
de entenderla. Mientras siga sucediendo esto habrá filósofo.
Elaboró: Arely Guerrero Villanueva